Asunción Nochixtlán, 04 Noviembre 2025.- “El penitente” una tradición Nochixteca que lleva parte de las ofrendas a los más necesitados en temporada de Todos Santos.
La tradición de acompañar al penitente, es un recorrido que hace un hombre vestido de negro con las manos atadas, recorre los 4 barrios de Nochixtlán, en busca de lo que gusten compartirle de la ofrenda deambula por las calles.
Cuando el viento de noviembre sopla por las calles de Nochixtlán, y copal se mezcla con el olor al pan, una imagen aparece entre las calles, es el penitente, un caminante que cubre su rostro, portando un farol que brilla en las oscuridades, su luz guía a las almas que regresan a visitar a sus seres queridos, e ilumina los corazones de quienes están aquí.
Hace muchos años los penitentes eran presos que al pasar por las calles pedían una frutita para los presos, las familias les ofrecían pan, fruta y comida, con eso ayudaban a los que más lo necesitaban, con el tiempo la tradición cambio, a hora ya no son presos, ahora son personas del pueblo movidos por su fe que siguen con esta tradiciones, cuando una puerta se abre, el penitente se para, hace una oración frente al altar y deja su bendición, si no abre una calavera se pinta en la pared, como señal que la tradición toco y no se le abrió.
Lo Católico
El penitente es una persona vestida con una túnica negra que cubre el cuerpo, el rostro cubierto por una capucha negra, que de acuerdo a la representación católica hace alusión a las almas que regresaban del mundo de los muertos para cumplir alguna manda.
En Nochixtlán esta costumbre inicia en la Semana Santa, el grupo de penitentes salen el viernes santo acompañando a Jesús en su recorrido con la cruz hasta su crucifixión, en la temporada de muertos este mismo personaje, el alma en pena recorre las calles el primero de noviembre para cumplir con su penitencia “pedir para los más necesitados”.
Lo que caracteriza al penitente es su túnica, su canasto de carrizo, la cuerda amarrada a su cintura, su farol con el que alumbra y su campanita, que va tocando durante todo el recorrido.
El penitente sale desde la iglesia y recorre las calles con su cuadrilla, quienes son los que ayudan a cargar lo que le han dado en los hogares, con el grito “ya llegamos por la ofrenda”, seguido del sonido de una campana, entonces, los caseros salen con su ofrenda el penitente hace una oración ante su altar, si no salen la cuadrilla del penitente marcara su vivienda con una calavera con ceniza, que significaba que es ese hogar no dieron ofrenda al penitente, este año fue la representación en vivo 2026 quienes repartieron la fruta después de la misa del 2 de noviembre, compartiendo la ofrenda con la esperanza que esta tradición siga creciendo y manteniéndose.

Comentarios
Publicar un comentario